Cremas solar para el cuerpo

Tipos de cremas solares corporales

Dados los distintos tipos de piel existentes y la demanda del mercado, existen multitud de formatos para la crema solar:

- Crema: es el formato más demandado, entre otras, por su utilidad y la capa protectora que crea en la piel. Su textura es densa y para todo tipo de pieles, aunque sumamente beneficiosa para pieles secas.

- Gel: la textura de las cremas formato gel es más ligera, acuosa y absorbente que el de las cremas convencionales. Suelen ser demandadas por personas con la piel deshidratada o grasa.

- Aceite: los aceites con protección solar intensifican el moreno a la par que protegen de los rayos del sol. No se recomienda su uso en pieles con tendencia acneica o en el rostro.

- Leche protectora: se trata de un formato a medio camino entre la crema densa y el gel. La leche protectora permite una fácil aplicación y extensión por todas las áreas del cuerpo.

- Protectores en spray: las brumas o sprays son las cremas solares más demandadas en la actualidad. Su distribución se produce gracias a un spray que, a modo de expendedor, expulsa la crema. Es altamente demandado por las familias grandes o con niños, ya que su extensión precisa de menos tiempo que en los formatos anteriores

La importancia de proteger todo el cuerpo en el verano

La piel es el órgano del cuerpo humano más expuesto ante las inclemencias temporales. En verano, la piel está en contacto directo con los rayos ultravioletas del sol, causantes de quemaduras, envejecimiento y ciertos daños celulares irreversibles.

Según los dermatólogos, la crema solar corporal debe aplicarse antes de salir de casa y de manera uniforme por todo el cuerpo. Los rayos UVA son capaces de atravesar tejidos, por lo que penetran a través de la ropa y provocan daños en la piel. En el caso de niños o adultos que se introduzcan en piscinas o playas, la crema solar corporal debe ser reaplicada según marque el SPF.

Factores disponibles en crema solar

Independientemente del formato seleccionado para la crema, esta se caracteriza por disponer de un SPF (factor de protección solar). El SPF es un valor que permite calcular la cantidad de tiempo que tarda la piel en ser dañada por los rayos del sol. Por ejemplo, un SPF 50 implica que nuestra piel requerirá 50 veces más tiempo en dañarse que sin protector solar.

En general, los índices SPF recomendados son:

- SPF 50+: es el factor más elevado y se aplica en pieles muy sensibles, como personas con enfermedades cutáneas o niños.

- SPF 50: especialmente indicado para pieles sensibles, blancas y delicadas.

- SPF 20-30: es la protección perfecta para pieles de tonalidad algo morena o algo bronceadas.

- SPF 15: esta protección está indicada para pieles muy bronceadas o días de invierno.