El iluminador es la estrella de cualquier maquillaje, sobre todo cuando nos apetece alejarnos de los tonos mate y tener un aspecto glowy. Este producto es ideal para aquellas pieles secas que quieren destacar algunas zonas del rostro con puntos de luz. 

Es importante tener algunos conceptos claros, como que el iluminador se aplica después del maquillaje y colorete. El tono del iluminador depende del color de piel, por lo que si es muy pálida hay que elegir un tono neutro o rosado. En el caso de tener la piel oscura nos podemos decantar por un dorado, pero recuerda que siempre tiene que ser más claro que la piel del rostro.

Tipos de iluminadores

Iluminador en polvo

Este es, sin duda, el formato favorito de las expertas en maquillajes por su alta capacidad para pigmentar. El iluminador en polvo  se aplica con una brocha pequeña y poco tupida, aunque en aquellas zonas menos accesibles como el lagrimal lo puedes aplicar con el dedo anular, ya que así nos aseguramos no presionar con demasiada fuerza en una zona tan sensible como esa. 

El iluminador en polvo conviene aplicarlo en las zonas más altas del pómulo, en el tabique nasal, en las sienes, en el arco de cupido y en el lagrimal.

Iluminador en crema

Este tipo de iluminadores tienen un efecto más sutil que los iluminadores en polvo, por lo que son perfectos si quieres un look un poco más discreto. Su textura en crema o bálsamo tienen una menor fijación en la piel, por lo que su durabilidad es inferior a la de otros iluminadores. 

Puedes aplicar el iluminador en crema en las mismas zonas donde aplicas el iluminador en polvo, pero conseguirás un efecto más suave y natural. Si quieres simular el brillo de una piel bronceada, utiliza el dedo anular y aplícalo en el tabique nasal, en la parte más alta del pómulo. 

Iluminador líquido

Este tipo de producto pigmenta y se fija mejor que los iluminadores en crema, pero no tanto como los que son en polvo. El iluminador líquido es más complicado de aplicar porque se seca rápidamente, por lo que es necesario difuminarlo con gran velocidad para que se pueda deslizar por la piel sin que queden manchas de producto. 

Para aplicar el iluminador líquido lo mejor es depositar unas cuantas gotitas del producto en una brocha de un material sintético o una esponja. A continuación se extiende por las zonas que queremos iluminar con toques muy sutiles y rápidos. Por último se sella con polvos para que dure más en la piel.

Beneficios del iluminador

Estamos acostumbradas a ver a cantantes y actrices con un maquillaje espectacular, pero sin resultar artificial. Esos rostros llenos de luz se consiguen gracias al buen trabajo de sus maquilladoras aplicando el iluminador. 

Hay que tener cuidado al usar este producto, ya que se trata de aportar luz en zonas muy concretas para que nuestra piel parezca hidratada y jugosa, si lo aplicamos mal o abusamos de los brillos obtendremos un efecto muy poco favorecedor.

Aunque es una herramienta maravillosa que consigue que nuestra piel parezca hidratada y sana al instante, queremos que tengas una buena guía de uso para que no te pases de brillos y lamentes aparecer en mil fotos como una bombilla. 

Estos son algunos de los usos del iluminador:

• Cubrir imperfecciones: este producto también puede ayudarte a disimular rojeces, manchas, pequeñas cicatrices, marcas o granitos.
• Definir cejas: el iluminador se aplica bajo el arco de la ceja, así se consigue realzar su forma.
• Contouring: puedes jugar con los volúmenes usando un tono más oscuro en aquellas zonas donde quieres ganar profundidad y un tono más claro en las que quieres resaltar.
• Marcar pómulos: logra unos pómulos definidos con un punto de luz.
• Destacar las facciones: colocando un poco de iluminador en el tabique nasal y en el mentón.
• Destacar ojos: para conseguir abrir la mirada usa iluminador en la marca de agua.
• Aumentar labios: si perfilas por fuera de la línea de los labios y después aplicas un poco en la línea de cupido conseguirás que visualmente parezcan más grandes. También puedes poner un poco de iluminador en el centro del labio inferior.
• Igualar párpados: el iluminador se puede difuminar en los párpados antes de poner la sombra de ojos.
• Afinar el rostro: con un leve toque de producto en la punta de la barbilla se consigue que la cara parezca más fina.
• Ocultar ojeras: en este caso hay que aplicarlo en esta zona debajo del ojo.
• Estilizar la nariz: para perfilar la nariz tan solo hay que aplicar un iluminador de un tono más oscuro que el de la base de maquillaje en los laterales del tabique nasal, después, con se aplica un iluminador más claro en el puente, en el centro y en la punta.